Dormida
Ese día mientras ella miraba la tv vio a su padre realizar
un hecho curioso que le llamo la atención, su padre antes de marcharse a
trabajar le puso a las puertas de la entrada a la casa y a la que dirigía al patio dos clavos en forma
de cerrojo a cada una, uno en la parte superior y otro en la parte inferior y
un cascabel a la puerta de la habitación.
Esa noche la puerta se estremecía con tanta fuerza que
parecía querer romperse, a causa de aquel escándalo los habitantes de aquella
casa se levantaron exaltados, pensaban que algo malo había pasado pues era
costumbre que las malas horas se presentaban ante esta familia al caer el sol,
atemorizados se dirigieron a la puerta de la habitación, ella estaba ahí su
delgada figura se divisaba con poca precisión en la oscuridad, golpeaba y
pateaba la puerta mientras gritaba de manera feroz y afanosa
como si su corta vida dependiera de eso.
La habían tomado del brazo y arrastrado en una habitación
estrecha y oscura, sola sin ninguna compañía, en la penumbra se divisaba la
única salida la cual estaba cerrada, y en cual había unas delgadas y alongadas fisuras en la parte superior e inferior de esta, por las cuales se
filtraba una luz, se escuchaban voces que provenían del otro lado de la puerta
estas personas se reían y festejaban su
encierro con gran gozo, en ese momento detrás de ella en lo más profundo e inalcanzable
de aquella habitación, una voz débil repetía su nombre una y otra vez tanto que
pareciese por un momento un eco. Aquella voz se hizo más fuerte y más
fuerte al punto que ella la podía escuchar
casi en su oído.
Abrió los ojos y frente a ella estaba Lili que la sostenía
por el brazo y la cual repetía su nombre mientras trataba de calmarla, ella de
pie junto a la puerta; miro su alrededor
noto a sus hermanos atónitos, en sus rostros se apreciaba su ignorancia.
Ella no pronunciaba palabra porque tampoco comprendía lo sucedido. Agacho la
mirada y noto que no llevaba zapatos y
que tenía puesta la pijama, en ese instante
Lili irrumpió su silencio le comento con suave y delicada voz que se fuera a la cama, pero no hallo
respuesta alguna ella simplemente no reaccionaba, Lili la tomo del brazo y la
arrastro hacia la cama donde la acostó; suspiro y la miro no vaciló al ordenar
que todos se fueran a sus camas.
Estando ella recostada lo sucedido no le permitía conciliar
el sueño entonces comenzó a entender. Aquel sueño era sólo un reflejo de la
realidad la voz débil que repetía su
nombre, los comentarios y risas escuchados,
los clavos y el cascabel en las puertas; ella llegaba a ser testigo de aquello
que le comentaban y no llegaba creer; por fin despertaba de aquel sueño
confuso, la razón siempre estuvo ante su vista, la respuesta era tan sencilla
que no la veía, mientras todos dormían ella caminaba dormida.
Karolyn León Martínez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario